Pues no dejes que la rabia se te quede dentro y se convierta en resentimiento: haz una declaración inapelable de tu opinión sobre otros y sobre ti mismo con esa taza que lanza un mensaje contundente, categórico y aplastante. ¿En el juego del amigo invisible te ha tocado alguien que te cae mal? Pues qué mejor regalo que éste. Y aunque no te caiga mal, si le quieres a pesar de ser un gili, también te lo agradecerá.
Las tazas existencialistas nacen como una réplica crítica sagaz contra tanto mensaje cursi de motivación y falsas promesas. Su creadora, que se hace llamar Miss Miserable, se inspiró en la obra de Samuel Beckett («Da igual. Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor»).
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